Amaneces en cada batalla
despertando las verdades
y las calles no callan.
Muchos sabemos lo que has pasado
y pocos sentimos tus desatinos.
El tango
Los amigos
La familia
El mate
abrazan tus días.
Tu noche porteña trae anhelos
a quienes de boca en boca
han escuchado desde lejos
honrar tu nombre.
Adoquines crujen esmerilados
brújula pionera de encuentros
enséñales a otros pueblos
la alegría que llevas dentro.
Hoy Buenos Aires anochece con tierra en los ojos
desempolva prematuros enojos
sale a recorrer los cordones,
pero no decae ante faroles tenues
porque dice aquí estoy
siempre seré presente!
Alejandra Dimitriadis
08 de Noviembre del 2008
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