Completo nuevos ciclos
albergando futuros inciertos,
tan deseosos y a veces desolados
sostenidos tan solo de recuerdos.
Envuelvo mis prejuicios
salgo a la vereda de las verdades
y es allí donde por fin te encuentro.
Abandono la zozobra del lamento
doy una media vuelta
en la esquina del reencuentro
y abrazo mi propio espejo.
Incrusto sensaciones
en mi corazón
para continuar
y seguir creyendo.
Nuevos ladrillos
se sentaron en mi precariedad
maestra de mi crecimiento.
Imperan múltiples
Antorchas de vigilia
Que mantienen Vivos
Aun esos anhelos dormidos.
Alejandra Dimitriadis
11 de Abril del 2008
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