QUE LA INOCENCIA TE VALGA
Salirán a la luz los pasajes por los cuales no
nos hemos visto pasar, los encuentros por los que no nos hemos tampoco atrevido
a realizar.
Este mundo, no será capaz de darnos a cuenta
lo que no nos pertenezca. Una esperanza
tras otra animarán los sueños perdidos, los que no nos creíamos capaces de poder
vivirlos.
Ahora que los pensamientos se acomodan y el
gramil de la memoria me ayuda a repasar con agudeza los mas firmes elogios de
mi propia naturaleza, me atrevo con la mas noble certeza a decir: Si! Estoy de
pie, porque hoy mismo, vivo y respiro!
A veces el ausente se hace presente y nos deja
pasmados ante tanto desencanto humano.
Discrepo con la arrogancia que carece de lo
elocuente. Beso las caricias de las brisas que pasan por mi ventana y por una
casualidad sin casuales me regala ese instante que exonera todo aquello que
intentó derribar mis sonrisas.
Confieso que por un tiempo largo, luego de que
mi amor partiera hacia otros cielos, sentí que mis ojos y mi boca cosieron, para
jamás poder volver a ver, ni tampoco a sonreir, tocar y sentir.
Me declare a mi misma bajo juramento salir
adelante.
Toco la luz tibia que reaparece cada día y sé
que si las tempestades no se hubieran presentado, este momento de hoy no podría
haberlo abrazado.
Todo volvió con más fuerza, todo volvió para
quedarse en mi corazón y jamás dejar escapar lo que otros tal vez sigan sin
poder sentir.
Escribo entonces como parte de este universo,
como parte del que esta leyendo, para que pueda ver que las escamas de mi piel
sanaron y las otras capas se renuevan a diario para alcanzar la juventud dentro
de mi alma.
Alejandra Dimitriadis